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5 jun 2018

Viviendo con lo suficiente

Sana las emociones y practica el arte de vivir despacio (slow living)

En esta publicación no solo quiero contarte mi historia personal, quiero mostrarte con un ejemplo real de que «es mucho mejor comenzar una nueva vida sin muchas pertenencias», y no porque tener cosas sea malo sino porque así vas a darte cuenta de cuáles son las cosas que realmente te gustan, vas a ver tus necesidades reales y verás que es posible llevar una vida más simple, mejor y más feliz independientemente de cuantas pertenencias tengas.

No sé si aun vives en la casa de tus padres, pero si ya saliste con certeza me entiendes, hay personas (como yo) que vemos en nuestra casa nuestro pequeño «oasis», así que es muy normal que queramos llenarlo de cosas para que podamos verlo y sentirlo como nuestro.

Ese fue mi caso!, me imaginaba mi apartamento de casada con las cosas que creía básicas: Una sala compuesta de sofá, poltronas, mesa de centro, mesas auxiliares. Un comedor de 6 sillas y un bifé que combinara. Una alcoba con una cama, dos mesas de noche, y una cómoda. Un estudio con un escritorio y una biblioteca muy grande. Una cocina llena de electrodomésticos más un montón de accesorios. Mucha decoración.

Sin embargo, el hecho de comenzar tu vida al lado de alguien es parecido a formar un equipo, hay etapa de formación, luego turbulencia y luego normalización en varios aspectos, como el financiero.

Esto significa que ahora debes pagar muchas cosas que antes no pagabas, que al principio no será tan fácil porque no consiste en solo sumar dos salarios ya que uno de ellos puede no ser fijo, y que todos esos gastos normales para vivir en un apartamento (desde la cuota de renta hasta el pago del mercado) son prioridad.

En mi historia el tiempo comenzó a pasar, los gastos prioritarios fueron apareciendo, esa lista de compras se fue aplazando, y cumplido el año lo único que teníamos aparte de electrodomésticos, era un comedor con 4 sillas, una lampara de piso, una cama doble, un televisor, dos escritorios cada uno con su silla (que cada uno había traído de la casa de sus padres), algunos cuadros y la primera planta de la casa.

Puede parecer poco, pero por alguna razón la mesa del comedor era perfecta tanto para nosotros como para cuando recibíamos visitas (solo le agregábamos las sillas de los escritorios en caso de que faltara lugar). Nunca tuvimos la necesidad de guardar nada cerca de la cama, así que realmente no extrañamos las mesas de noche. Accesorios de cocina y electrodomésticos como el extractor de jugos y el molinillo para el chocolate nunca fueron necesarios.

Luego nos mudamos a nuestro primer apartamento propio que acabábamos de remodelar, y vaya sorpresa al ver que lo único que compramos fue un sofá, una mesa de TV (que hubiera sobrado si no nos hubieran regalado un televisor) y nada adicional!. La lista pasó al olvido pues aunque habíamos vivido más de un año con pocas cosas, esas cosas habían sido más que necesarias!.

1. NO NECESITAS MUCHO

De esta historia quedan varias lecciones aprendidas, la primera claramente es haber visto que no se necesita mucho para vivir bien.

Algo que quiero recalcar sobre la primera lección aprendida es que lo necesario solo debe ser definido por ti mismo y por la vida que llevas, y que no debería ser influenciado por lo que tiene el vecino o por lo que los demás te han convencido de que es normal.

Hubiera sido «fácil» comprar todos los muebles que se supone debíamos tener usando las tarjetas de crédito, endeudarnos a muchos meses, y después vivir estresados tratando de pagar las deudas porque finalmente así es como todo el mundo lo hace. Pero por qué no hacer las cosas de manera diferente, porqué no tomarte el tiempo para comprar de manera consciente lo que de verdad alegra tu vida?.

Quizas no necesitas un bifé y una mesa auxiliar, quizas tendrían mas valor unas repisas para tu coleccion de libros o de acetatos.

2. MENOS COSAS, MAS RECURSOS AHORRADOS

La segunda lección aprendida es que cuando tienes solo lo necesario gastas menos dinero, te demoras menos limpiando y buscando cosas ósea que tienes más tiempo y dinero para hacer lo que más te gusta!.

Llámese viajar, invertir, descubrir lindos lugares, comer rico, salir fuera de la ciudad a pasear, hacer un picnic, ir a cine, leer un libro, lo que sea.

Cuando no tienes que gastar tu dinero (pagando deudas de muebles) o un día completo de tu vida limpiando un montón de cosas o buscando tus llaves en los mil cajones de tu casa puedes invertir ese dinero ahorrando para algo grande que sueñas comprar, para tu futuro o dedicar el tiempo que te sobra en crear grandes experiencias. Puedes priorizar calidad sobre cantidad en todos los aspectos de tu vida.

3. LAS PERSONAS SON MÁS IMPORTANTES QUE LAS COSAS

La tercera lección aprendida es darle importancia a lo esencial como el hecho de lo importante de un hogar son las personas que lo conforman y no los objetos que hay dentro, y el hecho de que las personas no son mas o menos valiosas por la cantidad de cosas que posean.

Espero que estas lecciones te generen el valor que me generaron a mí, compártelas y recuerda el valor de lo simple cuando comiences una nueva vida en tu nuevo hogar. Si tienes preguntas o quieres compartir alguna situación que te haya dejado alguna lección similar cuéntame en los comentarios!.

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