Querido dosmilveinte
Eras necesario.
Luego de la gran destrucción, aunque comienzas y terminas en incertidumbre aprendí que son esos tiempos de espera los que transforman. Que Dios no desperdicia nada de lo que pasa, que los milagros existen, que cosas extraordinarias ocurren. Que la vida se trata de disfrutar el presente, un día a la vez.